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Bienvenido seas, inquieto.

martes, 27 de diciembre de 2011

Vespertino (y sin batería en el MP3)


"A estas horas no tengo humor de ningún tipo,
pero les deseo suerte con el pinche calor decembrino"


 Aunque no sudo mucho, siento salada la piel… Fingiré que no existes hoy sol, imaginaré tu ausencia por ridículo que parezca, mientras tanto camino en línea recta, la misma ruta de todos los días, desafiando las recomendaciones del noticiero matutino contra la delincuencia, total, no tengo más de 50 pesos y ¿sabes algo sol?, creo que me preocupa más la plática de las mujeres de atrás, que si fulanita ya se preñó, que si zutanita es mala mujer por no saber secar el arroz… yo tampoco se cocinar arroz, eso realmente es un problema, me gusta mucho el arroz,
 -¿con popote?- ya me imaginé gritándome al albañil de la otra cuadra si leyera mi mente.
Doblo a la esquina en la avenida, como todos los días, como todos los pinches días,
-Compre chicles- dice la mujer de siempre, me duele el estómago con su voz,
-¿Amigo ya tienes tarjeta de crédito?- dice un tipo sonriente en traje de segunda, con este no sólo me duele la panza, hasta la cabeza me retumba, quizá un cigarro calme la tensión ¿y si me ayudas a prenderlo sol, ahora que estás tan caliente?

Rio solo, no, no es cierto, rio contigo sol, nos torturas a todos… Y yo no estoy pensando en ti, pienso en este dolor de cabeza, ¿Por qué demonios suena la alarma de ese carro en pleno centro?, espera, ¿ya viste a esa señora como cachetea a su niña? Quisiera cachetearla yo para que le doliera como a la pequeña. A veces maldigo a un dios en el que no creo, por darle hijos a la gente que no debe; pero también pienso que tú podrías ser el dios, pinche sol… Si, el pinche dios sol. Contéstame ¿le das hijos a la gente? Mejor deberías darles alacranes y a huevo que los tratarían con cuidado, lo peligroso luego es lo más valorado, las ratas deberían de ser valoradas por ejemplo, se comen las sobras del KFC, detesto el KFC, aunque creo que ya te lo había dicho, huele mal o a mi me parece que huele mal, que se yo; igualmente nada se le compara a este sabroso olor a caño de la calzada y tú tienes la culpa sol, con tus rayitos ultrachingadera y demás efectos te encargas de acentuar los olores que banderean a mi humanidad adorada, la mierda.

Ultimadamente, pienso que si eres malo sol, hace años veía documentales donde astrónomos muy instruidos decían que te hincharías y a todos de un solo flamazo nos calcinarías, ya te estás tardando, o de plano ¿son muy guajiras sus teorías? En fin, no me contestes, hoy si quiero llegar a casa, se me antoja un filete empanizado y escuchar música muy alta, así te olvidaré por completo, podré toquetearme a gusto y… Quizá mañana te vea de nuevo. 


Jonathan Méndez.
 

domingo, 11 de diciembre de 2011

Al sordo hay que gritarle

 "¿Gritar es suficiente?
un grito llama la atención, aturde en ocaciones, es fuerte, concreto y por demás altisonante, un grito es en esencia un eco de la comunicación natural, un desdoblamiento del alma hacia el exterior, trayendo realidades dolientes y alegres al entorno...



Grita mexicano, grita más seguido; pero sin dejar el grito desvanecerse en un eco, grita insultando, amenazando, rompiendo esquemas mentales, pateando la moral a cada letra pronunciada. Grita, pero siempre con el respaldo de que lo que gritas es homogeneo a tu actitud y conducta."

y no, no es suficiente, hace falta la acción... ¿Qué haremos para mejorarnos individualmente?
El grito es una invitación, cuando el cansancio aqueja, se descanza o se muere. ¿Cuál es la opción? (respuesta individual)


Jonathan Méndez




lunes, 31 de octubre de 2011

Confesión en el último día de octubre.




El lenguaje es la base de nuestro orden social, el cimiento de nuestro desarrollo y también, la gran cruz que nos pesa en las espaldas, podemos callar tantas cosas, gritar otras cuantas, el lenguaje lo define, no tiene límite para escupir el sentimiento. Y denota, expresamente, la calidad intelectual de quien le usa.
Gracias al lenguaje, podemos hacer epopeyas de las memorias, narrar los hechos y concretar en una y tantas letras o sonidos hasta la queja más fiera.

Usando mi lenguaje metáforico, quiero darle vida a esta carta mental, la plasmo a lo virtual, y le llamo confesión, la carta tiene dedicatoria, un mundo puede ser una persona en su pequeña esfera mental...

He oído muchas frases que a mi gusto denotan impotencia mental, esa inexpresable tensión de nervios, por no lograr sembrar una semilla ideológica en una mente, por demás irreverente o simple como el viento al agua es, independiente; pero el viento al agua es, dependencia en plena dualidad, el sopla, el agua se mese.
Una armonía que llena a la naturaleza de matices tan dulces como las calaveritas de este próximo día, mi favorito día del año… O estruendosa como la muerte. El huracán lleva estruendo en su cuerpo.
Cual huracán, se mecen esas frases nada letales en mis memorias, aferradas a los oídos. ¿Qué es la impotencia? ¿Qué es el dolor? Reflejo, respuesta, ¿instinto?

En concreto, me llamaste fascista,
mundo, me llamaste fascista, por desear darle un lugar a las cosas, por fascinarme con el orden y amar las jerarquías de lo natural.
Me llamaste débil,
mundo, me llamaste débil por llorar mis pérdidas, por aceptar después del llanto las derrotas y alegar moralejas encontradas…
Me llamaste vulgar,
mundo, me llamaste vulgar, por caminar entre el folklor, saborear la jerga y el argot, divagar entre la preciosura de lo cotidiano (que es secreto en realidad)…

Y yo, a tu huracán de palabras, le encuentro época, moda, voga. Caminos que se llenan de ladrillos frágiles, escombros de monumentos muertos por estrés. Porque el que no tiene cimientos, fenece al primer siniestro…
¿A mí que me importa si de una rosa y un girasol nace una amapola? ¿O si de una amapola y otra amapola, nace la nada?
¿Qué me importa si soy amapola o girasol, semilla o insecto, presa o predador?... Sería terrible no vivir mi lugar en este indómito terreno de variedad.
Sería letal no aceptar, que soy pedazo de arrabal, condimento de bohemia, agua y sal. Lo siento, me carcajeo y no es un secreto.  De tu temor, me carcajeo a cada espasmo de mi mano sobre mi miembro, a cada muestra de este pecado de existir, de esta delicia que termina, y ahí termina... Vida. 


Jonathan Méndez

martes, 30 de agosto de 2011

México Lindo y Querido: Presentación 2 de septiembre


Que motivante es la televisión mexicana, entre que si el balón no tocó cancha o que si Ninel Conde ya dijo otra pendejada, o las profundidades filosóficas del “fua”. Adoptamos de pronto las máximas de la vida cotidiana…

Aplaudir  la heroica guerra contra el narco. 
Aguantar pacientes el temor a morir en las calles, el nerviosismo de salir temprano de casa cuando aun está oscuro, que cuando los malos, muertos en manos de nuestro ejército estén, el pan se nos pudrirá de abundante en las alacenas. Si, ¡guardemos la esperanza y los ideales de la televisión abierta en un altar!
Seamos felices con las aventuras de nuestras actrices de novela, soñemos ser como ellas, pobres y marginadas hoy, multimillonarias a la semana, eso sí, sin haber dado nunca las nalgas.

Esperemos la visita de Ratzinger a nuestra tierra guadalupana, para que nos dé su bendición celestial y besarle el anillo, si es que la seguridad le permite tal cosa a un simple mortal.
Durmamos profundo, aun cuando esos ruidos parezcan balazos y las ambulancias de la esquina hagan escándalo, apretémonos  con nuestros  100 pesos diarios, que el que sufre, segurito se le recompensa en el cielo.
Y al día siguiente, despertemos, cobijémonos en la rutina, a ver qué hay de nuevo con los desgraciados de Laura y la intelectual Niurka. Y aguantemos la tensión del recibo de la luz, del agua, el gas y de todo lo demás,  que todo esto  pronto va a terminar, muy pronto…

atentamente, la chingada.

Jonathan Scarlet (Méndez).

 

miércoles, 15 de junio de 2011

Zoo: La controversia entre la zoofilia, el bestialismo y la realidad


“Zoo” Documental estrenado en el año 2007 en la estresante Nueva York. El documental versa en aquel suceso medianamente famoso en el internet, donde un hombre estadounidense falleció después de haber tenido sexo con un caballo, en concreto: por los severos daños intestinales y derrames internos que dejó el equino tras penetrar analmente al hombre.

El documental, además de tener como punto central la muerte de “Mr. Hands” como fuere llamado el protagonista de la historia. Indaga sobre el mundo de la zoofilia, ¿Qué hay en la mente del zoófilo? ¿Podría ser una cuestión sentimental, biológica, psicológica o más de una a la vez?
Para las respuestas, lo más recomendable  es ver el documental y cada quien juzgar según nuestro criterio personal lo permita, porque es muy cierto que puede haber muchas respuestas a cada una de las preguntas. Quizá antes de preguntarlas y a su vez de responderlas, sería importante definir  qué es zoofilia…
Según la Real Academia Española se define a Zoofilia como: El amor hacia los animales (Del griego “zoom” animal y “philia” afinidad). Así de simple, el amor hacia los animales.

Concluyendo que, la zoofilia puede ser más común de lo que en la vida diaria podemos indagar, desde el cariño que se siente por las mascotas, la pasión por los derechos de los animales, el radicalismo del vegetarianismo, etc.
entonces la pregunta es ¿En dónde queda aquel acto que a muchos podría causar morbo, asco, vergüenza, placer  o demás cosas?
El acto correctamente denominado es, Bestialismo: Acto sexual entre humanos y animales.

En “Zoo” podemos darnos cuenta de las diferencias entre estos dos términos(zoofilia y bestialismo), así como poner atención al testimonio de personas que abiertamente aceptan la condición de “zoófilo”, con la que quizá muchos pudiéramos encontrar algún punto de convergencia, siendo por el contrario, el bestialismo, un terreno débil de pisar, controversial e interesante también, donde los criterios pueden ser diversos, llegando a darse debates de posturas radicales entre lo natural y lo justo.

Personalmente, con Zoo pasé 80 minutos de mi vida con la atención postrada en la pantalla, aplaudiendo la seriedad e innovación del documental con tema tan controversial y de tan poca información en la cultura general. Dejando en claro que pese a tal experiencia, sigo rechazando el bestialismo en cada una de sus letras, sin dejar de lado la importancia que tiene el darle voz a quienes se identifican con el hecho y puedan encaminar a la humanidad a una visión más centrada de como se mueven las mentes de quienes pertenecen a esta aparente “minoría”.

Quiero recomendar entonces este documental que si bien pueda desagradar, ofender, asustar o parecer interesante, no deja de ser brillante.

He aquí el link para visualización gratuita:

http://www.teledocumentales.com/zoo/ 




(De no abrir o marcar error, copiar y pegar o ir al dominio www.teledocumentales.com y en campo de búsqueda marcar "zoo")




Y que como siempre, la duda nos haga más grandes.
Jonathan Méndez

martes, 7 de junio de 2011

Julieta González Irigoyen, Te amaré hasta que se acaben los lunes. (Presentación segunda edición)




(Jardín grande, bien cuidado y lleno de árboles, una fuente al centro, las mesas del coctel  del lado izquierdo, la tarima para presentación del lado derecho, edecanes en traje sastre marrón cuidando la logística y las miradas expectantes entre las platicas)

Cuando el clima de la ciudad tan sólo media hora antes era de un calor insoportable, como  regalo de la madre naturaleza llegó el viento, fresco y con aparentes promesas de lluvia que calmaron el estrés del calor y sumieron la atmósfera en un bello entorno que comenzó a cautivar a los presentes y fue entre esas promesas de lluvia, el aire limpio y la verde  atmósfera del jardín que Julieta González Irigoyen tomó la palabra y cautivó, al menos a mis oídos desde el saludo.

Comienza pidiendo la crítica y reseña literaria de los presentadores, quienes reiteran entre estudios lingüísticos; que Julieta es un ser de experiencias duras, alegres, tristes, de matices que atraviesan escalas altas y bajas, haciendo de su poesía precisamente eso, variedad melancólica que atrapa al lector en sus propias memorias y le hace viajar entre las emociones, tal vez arrebatando lágrimas, sonrisas y suspiros, navegando entre la simbología y la metáfora, creando un exquisito mar de atajos al corazón.

Cuando Julieta habla, lo hace dulce,  certera, alegre, intelectual, claramente la voz de una poeta sencilla, con la experiencia entre las palabras, con las emociones entre las letras, habla sobre su obra y sus logros, puntualizando que para ella el aprendizaje de la vida diaria es el mejor currículo para el poeta, dice ella misma “Yo no creo en la inspiración, sino en la percepción. Percibo la vida con toda su carga de sucesos y emociones”.
Y es así con tal sencillez en el carácter que Julieta muestra su obra, dejando por sentado que lo ostentoso de ciertas situaciones o apariencias, no deben hablar más que las palabras mismas. Es la palabra escrita el vínculo entre la realidad sensorial y la imagen externa que a primera vista capta y juzga el humano en gala de su soberbia. 

Julieta se muestra amorosa y agradecida con la vida por ser así, compleja, llena de escalones, los que subir siempre suponen un reto, un reto que para su percepción es arte puro, se transporta en la mente una y otra vez y viene a convertirse en un deleite literario, muestra de ello, la lectura de sus poemas “El espacio”, “Hay una dulzura triste” y “Soliloquio” que fueron el momento más bello de la noche, obteniendo los aplausos más apasionados por el público.

Y entonces entre los aplausos, las risas y el viento que nos acariciaba casi eróticamente los cabellos, se da, más que una lectura o la presentación de una nueva edición de un poemario bellísimo, una enseñanza abierta para ser mamada por quienes deseen alimentarse de ella, una prueba del amor, la intelectualidad, la honestidad, la sencillez y la calidez, que en muchas ocasiones se ven malinterpretados entre la prostitución de términos de la vida diaria. Con Julieta González Irigoyen, esos términos tienen un sentido y una imagen. 

Julieta es muestra de que la vida y la lectura hacen al buen poeta, al ser que puede percibir, gozar y crear. Esa muestra es una de las tantas razones por las que, al término de la lectura y las emotivas palabras de Julieta, la adquisición del poemario y las firmas del mismo se dieron abundantes, con la promesa de tener entre las manos, para la vista y el corazón un trozo de la vida misma, por que como dice la autora “… escribo para rebanarle a la vida un trozo de felicidad”. 

Precisamente un trozo de felicidad adornó la noche, en la voz de la poesía.


Jonathan Méndez